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Francisco María CERVERA

Primer apellido: CERVERA

Nombre: Francisco María

País de nacimiento: España

Provincia de nacimiento: Valencia

Ciudad de nacimiento: Valencia

Fecha de nacimiento: 13/03/1858

País de defunción: Marruecos

Provincia de defunción: Tánger

Ciudad de defunción: Tánger

Fecha de defunción: 26/05/1926

Nacionalidad: Española

Ocupación: Obispo

Estancia en Tánger:
Llegó a Tánger como sucesor del Pare Lerchundi en 1902 y allí se quedó a cargo de las Misiones Franciscanas hasta su fallecimiento.

Biografía:
Nació en Valencia el 13 de marzo de 1858; tomó el hábito en 1874; profesó al año siguiente y vino a Marruecos en 1880.
Ya ordenado sacerdote, se dedicó al estudio del árabe, en el cual hizo tales progresos que el Padre Lerechundi le encomendó la clase de árabe en la escuela de Tetuán, sacando aventajados discípulos.
A más de los importantes cargos que desempeñaba, fue nombrado en el años 1891 secretario general del Comisario general de España, y habiéndose retirado después de algún tiempo al convento de Herbón P. Lerechundi, prefecto de las misiones hasta el año 1908 en que fue nombrado Obispo de Fessea. La herencia que le dejó su predecesor, fue conservada y aumentada por el ilustre P. Cervera.
A él se deben muchas obras, tales como iglesias y escuelas en Mazagán, Larache, Saffi, Alcazar-Qubir, Arcila, Nador, Río-Martín y Rincón del Medik. El grandioso convento del Espíritu Santo en Tánger, con el nuevo edificio de la imprenta, el Colegio Internado del Sagrado Corazón y las Escuelas Alfonso XIII.
Estaba condecorado con la gran Cruz de Isabel la Católica en premio de los servicios prestados al Gobierno, como intérprete, en varias Embajadas.
Era también socio correspondiente de la Acatdemia de la Historia, y en 1923 fue elevado a la dignidad de Arzobispo de Pompeyópolis.
Falleció en Tánger el 26 de mayo de 1926 y su entierro fue una grandiosa manifestación de duelo, a la que asistieron todas las autoridades y numerosísima concurrencia de todas creencias y nacionalidades.
Los restos de tan ilustre prócer, que supo hacerse amar por sus rasgos de caridad y tolerancia por todos en Tánger, descansan en la iglesia de referido Convento (véase LAREDO, Isaac: Memorias de un Viejo Tangerino, pg. 139).


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